Sin duda, las dos cosas.
Las etapas infantil y juvenil de las personas hiperactivas suelen ser un auténtico calvario para la persona hiperactiva y para todos aquellos que le rodean y le quieren. Normalmente, salvo alguna excepción, se encuentra con la incomprensión, lógica, por otra parte, de las personas de su misma edad, y, con la mucho menos aceptable, de los adultos que inteactuan con él o con ella.
Si bien, en ambientes distendidos se puede llegar a controlar, aunque a veces suponga la típica "salida por el foro", en el ambiente académico, la mayor parte de los colegios no estan preparados ni tienen recursos para poder atender esta diversidad, desaprovechando una oportunidad para crecer y hacer crecer a la persona hiperactiva.
No obstante, una vez superados los obstaculos que no paran de aparecer en estas dos etapas, cuando llega la madurez se convierte en una oportunidad, dado que en la mayor parte de los casos, nos encontramos ante personas activas, involucradas con lo que hacen, apasionadas y con un alto índice de tolerancia a la frustración, ( no me extraña con lo que han tenido que aguantar...) por eso, ánimo a todas las personas que ahora están pasando por cualquiera de las dos etapas y ánimo también a sus familias, porque lo que hoy es un problema, mañana será SU GRAN OPORTUNIDAD.
